Mónica

Buenos Aires

Mónica nació el 19 de junio de 1980 en Quilmes, Provincia de Buenos Aires. Su partida de nacimiento indicaba que había nacido en el domicilio de sus padres de crianza, quienes siempre la cuidaron y quisieron. Sin embargo, aunque siempre sintió que algo no encajaba del todo, recién de adulta se enteró que era adoptada. Esta revelación despertó en ella la necesidad de entender más sobre su origen y su identidad.

Tiempo después, Mónica descubrió que había nacido en el Hospital Infantil Oller de Solano, lo que reafirmó sus sospechas. Con determinación, decidió investigar y se realizó un test de ADN, cuyo resultado arrojó una coincidencia a nivel prima segunda. Fue entonces cuando contactó a Ángeles de Búsqueda para recibir apoyo en el proceso.

El caso fue asignado al Ángel Gustavo Groh, con la coordinación de Soledad Canepa y la colaboración de Sabina Farias y Victoria Aman, quienes ayudaron a reunir información clave. A partir de los datos obtenidos, comenzaron a reconstruir la historia familiar. Los resultados apuntaban a Pedro, un hombre sin hijos conocidos, como posible padre biológico. Sin embargo, al no encontrarse registros claros sobre su familia, la investigación entró en pausa mientras se intentaban confirmar las hipótesis.

Todo cambió cuando Selva, una prima lejana, aportó información clave: Pedro había tenido una hija llamada Ely. Con este dato, Mónica logró contactarla. Ely, emocionada y cálida, aceptó ayudar y se ofreció a realizar un test de ADN para verificar si podían ser medias hermanas o tener otro tipo de vínculo familiar. Mientras esperaban los resultados, Ely compartió detalles sobre su propia historia y surgió la posibilidad de que fueran hermanas completas.

Finalmente, los resultados confirmaron lo que ya sospechaban: Mónica y Ely son hermanas completas. Con esta prueba, Mónica logró cerrar el círculo y confirmar quiénes eran sus padres biológicos. Este descubrimiento no solo le dio respuestas, sino que también le permitió conocer a su hermana y reconstruir parte de su identidad.

A partir de encontrar a Ely, Mónica también conectó con Orlando, un hermano que nació unos cuatro años antes que ella y que comparte la misma historia. Orlando también fue adoptado en circunstancias similares y, al igual que Mónica, había estado en búsqueda de respuestas sobre su origen. Su aparición añadió otra pieza al rompecabezas de su historia familiar.

El descubrimiento trajo claridad y nuevas conexiones para Mónica. Ahora, junto a Ely y Orlando, comienza una nueva etapa de vínculos y oportunidades para reconstruir su historia. Su búsqueda demuestra cómo la perseverancia, el trabajo en equipo y el apoyo mutuo pueden abrir puertas y traer respuestas a quienes buscan conocer sus raíces.

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