Marcela

En el año 2020 y con 53 años, Marcela se entera que no es hija biológica de sus padres.  Luego de un proceso personal que le llevó un par de años, en el 2023 decide tomar su prueba de ADN Ancestral. Nacida posiblemente en los últimos meses del año 1967 en Córdoba, y criada allí, fue anotada en enero de 1968.

Cuando llegan sus resultados decide subirlos a MyHeritage. Es allí donde encuentra dos posibles primos hermanos, y entonces decide ponerse en contacto con nosotros.

De la comparación de ambos posibles primos hermanos de Marcela, vemos que no son comunes entre ellos, con lo que podemos inferir que Marcela tiene una coincidencia materna y una coincidencia paterna.

Iniciamos la investigación a través de nuestro Ángel Andrea Ivancich y comprobamos que ambos primos hermanos posibles no estaban relacionados entre ellos. Increíblemente Marcela había encontrado una relación inmediata de ambas familias, la materna y la paterna. Uno era Jorge, y el otro, Marcelo. Ambos tenían sendos árboles genealógicos visibles y esto nos permitía tomar el caso.

Pudimos hacer contacto con Jorge, quien vive en Villa María. Sin embargo él nos cuenta que también es buscador. Que el árbol que había subido es de su familia de crianza. Sabe de sí mismo que nació en Córdoba Capital, y nada más.

Con Marcelo no tuvimos suerte. También con un árbol enorme pero en este caso con la certeza que él no es buscador, intentamos contactarlo por todas las vías posibles sin éxito.

Avanzamos en su genealogía y localizamos otros primos de Marcelo y tíos también. Fueron 4 meses donde se intentó todo, dentro y fuera y del país, pero solo recibimos silencio del otro lado. 

Entendimos entonces que al menos Marcela se merecía intentar saber quien pudo ser su madre, teniendo en cuenta que Marcelo era judío, este dato podía ser o no revelador para Marcela y el 50% judío que había en ella. Le sugerimos entonces que recurriera al ADN mitocondrial. 

Fue tan movilizante para ella y para nosotros el día que llegaron los resultados, Marcela pudo confirmar que su progenitora era judía. 

Del otro lado seguramente nos encontramos con una historia que nadie se atrevió a poner en juego, ni Marcelo, ni sus familiares, entre ellos la madre biológica de nuestra buscadora (una tía de Marcelo).

Éticamente nosotros entendimos que el caso estaba resuelto. No podemos invadir a quienes no desean ser invadidos. Lo que Marcela necesitaba saber y con lo que las bases de ADN permitieron avanzar, nuestra misión estaba cumplida.

Sin embargo del otro lado quedó una hermosa nueva relación con Jorge, sin prejuicios y con un vínculo inmediato de primos hermanos por parte de la mamá de Jorge y seguramente del padre de Marcela.

Al finalizar nuestras charlas diarias ambos nos decían: “pudimos formar, por ahora, una hermosa familia de DOS”.