Mina

Mina nació en 1962 en la Ciudad de Buenos Aires y creció en Santos Lugares junto a sus padres de crianza. A los 31 años, tras el fallecimiento de su madre, supo que era adoptada, y comenzó la búsqueda de sus orígenes.

El caso se inició oficialmente en abril de 2024. Su Ángel de Búsqueda asignado fue Raquel Ocampo, quien la acompañó y la guió en todo este camino. 

Mina se había realizado un test de ADN años antes, pero recién en 2024, con nuevas coincidencias, la investigación pudo avanzar. Así llegó Rosa, una prima lejana de España que también sumó a su madre al estudio. Con esos resultados y el trabajo genealógico de Raquel y el equipo de “Ángeles de Búsqueda”, surgió la primera hipótesis: Ernesto, primo de Rosa, podría ser su padre biológico. Aunque no se logró ubicar a Ernesto, sí se encontró a sus sobrinos, hijos de un medio hermano de él. Una de ellas, Verónica, radicada en Estado Unidos desde los años 70, quien aceptó ayudar a Mina y se realizó un test de ADN.

El resultado sorprendió: eran primas completas, lo que descartó a Ernesto por completo. El padre o madre de Mina debía ser un hermano completo del padre de Verónica. Solo quedaban dos posibilidades: Hugo o María Elena. 

Mina viajó a Estados Unidos para conocerlos. Hugo había fallecido hacía años, pero María Elena seguía viva y aceptó conocerla y testearse, aclarando que nunca había tenido hijos.

El resultado fue contundente: María Elena era tía completa de Mina, confirmando que su padre biológico había sido Hugo, el hermano fallecido de María Elena.

Aunque no fue posible contar con su ADN directo, la combinación de pruebas genéticas e investigación genealógica dio una respuesta sólida. 

Hoy, Mina celebra haber encontrado la identidad de su padre y continúa con la esperanza de hallar también a su madre biológica.