Olga

Olga tiene 79 años, y no conocía sus orígenes. Impulsada por sus hijas se hizo el test de ADN Ancestral.

Cuando llegaron los resultados su mejor coincidencia era una mujer, Sonia. Pero Sonia tenía un apellido muy común y no lograban ponerse en contacto con ella. Así es como Viviana, la hija de Olga, nos pide ayuda.

Enseguida empezamos a buscar a Sonia, notamos que era argentina por la extensión de su mail, y nuestro Ángel Sabina Farías tomó el caso. A través de la lectura de algunos datos, fue descartando posibilidades, hasta que quedó solo una Sonia posible, en un pueblito de la provincia de Córdoba. Conseguimos un teléfono y Viviana llamó.

Del otro lado respondió una mujer que no entendía muy bien el llamado, pero explicó que Sonia vive actualmente en Australia y facilitó su contacto.

 Viviana siguió adelante y contactó a la aún “posible” Sonia que buscábamos. Y si, cuando Viviana le explicó Sonia dijo que sí, que era ella. No había respondido el mail porque no creía mucho en esas circunstancias. No le pareció un dato importante para nadie.

Con determinación, Viviana le explicó sobre su mamá Olga, y la posibilidad que alguno de los papás de Sonia fuera hermano o hermana de Olga.

Pasaron unos días, hasta que la familia de Sonia aceptó la propuesta. Había mucha desconfianza, pero aún así la mamá de Sonia, Abelina, tenía una historia familiar donde algunas cosas coincidían con el relato de Olga.

Un día hicieron un Zoom y se conocieron. Olga desde Ushuaia, (con su esposo y sus hijas) su posible hermana Abelina desde Dean Funes, provincia de Córdoba (con su esposo) y Sonia desde Australia. También se unió Roxana, hermana de Sonia desde México.

La historia encajaba. Los recuerdos de la historia de los padres de Abelina, las dificultades y el relato de un bebé fallecido, se sumaron a las memorias de Olga, proporcionándole nombres y datos que finalmente dieron sentido a sus recuerdos.

Dos meses después, Abelina viajó a Ushuaia para conocer a su hermana, 79 años después de su nacimiento. Nuestra labor se había cumplido. ¡La distancia no tiene relevancia cuando el ADN se pone en marcha!