Victor
Víctor nos contactó desde Santiago del Estero donde vive desde sus 30 años.
Nos cuenta que cree haber nacido en Tapiales, La Matanza, Buenos Aires, en 1976.
Tiene ya el ADN negativo en Abuelas y también hace un par de años tomó su prueba en FTDNA. Como la mayoría de nosotros lo subió a otras bases, pero hace pocos días le aparecieron estas dos coincidencias: una de 565 cm y otra de 388 (una madre con su hijo).
Las personas en coincidencia por ADN con él enseguida se pusieron a disposición para colaborar, y empezaron la investigación dentro de su familia. Había dos detalles que a Víctor le resultaron muy interesantes. Uno era que todos eran de Neuquén, y el otro era el nombre de una mujer: Mirtha.
Esto nos relataba Víctor: “Justo apareció una Mirtha. En mi familia (de crianza) nombraban el sur y una mujer nombró a Mirtha, no sé si es casualidad. El sur se nombró mucho sobre el lugar de origen de la chica que me dio. Las palabras que recuerdo fueron: te dio y se volvió a sus pagos del sur.”
En poco más de un mes de investigación acompañado por nuestro Ángel Andrea Ivancich, Víctor fue atando cabos e historias familiares. A través de las redes sociales contactó a cada uno, con la suerte de compañera y la buena predisposición familiar también.
Hasta que finalmente pudo llegar a Mirtha, y fue allí que abruptamente las cosas cambiaron. Mirtha no estaba dispuesta a revivir ese pasado, doloroso para ella y que prefería olvidar. Pero una hermana de Mirtha generosamente aceptó hacer su prueba de ADN, lo que finalmente nos permitió confirmar que era su tía biológica, y Mirtha su progenitora.
Mirtha tenía varios hijos, la mayor, Claudia, era aún mayor que Víctor. Del contacto entre Víctor y Claudia, ella le cuenta que siendo ya adulta, su padre antes de morir le había preguntado por el bebé. Claudia recién allí comienza a sospechar que tenía otro hermano. Pero ¿dónde estaba? En ese momento Claudia le preguntó a su madre -a Mirtha- y fríamente su madre le respondió que ese bebé había muerto.
La aparición de Víctor revivió la duda sobre ese bebé, y le hizo pensar a Claudia si ellos no serían entonces hijos del mismo padre. Nuevamente otro ADN traería en un tiempo la nueva respuesta. Claudia y Víctor eran hermanos completos de padre y madre.
Una historia con un final insospechado, un papá ya fallecido, una madre que lo rechaza y una hermana con la que sí comenzaron a construir un hermoso vínculo. Y una gran familia materna que lo recibió a Víctor con los brazos abiertos.
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